Cuando un trabajador empieza a robar clientes o a desviarlos hacia su propio proyecto, la empresa se enfrenta a una doble pérdida: ingresos inmediatos y confianza a largo plazo. Esta situación no solo es frustrante, también plantea serias implicaciones legales. En Laby te explicamos qué hacer si un empleado te roba clientes, cómo actuar con base legal y qué medidas preventivas puedes aplicar para proteger tu cartera.
El robo de clientes por parte de un trabajador es un acto de competencia desleal interno que vulnera el deber de lealtad recogido en el Estatuto de los Trabajadores y puede dar lugar a despido y reclamación judicial.
5 Pasos a seguir si un empleado desvía clientela
- Detecta señales: clientes habituales que de repente cambian de proveedor, bajadas inesperadas de ventas, rumores internos.
- Reúne pruebas: correos, llamadas, mensajes o movimientos de facturación sospechosos.
- Consulta el contrato: revisa cláusulas de confidencialidad o no competencia.
- Inicia investigación: puedes recurrir a un análisis forense informático o incluso a un detective privado.
- Actúa legalmente: plantea despido disciplinario y, si procede, demanda por daños y perjuicios.
- Prevén futuros casos: refuerza contratos, seguridad interna y fidelización del equipo.
Identificación del problema: robo de clientes como un acto desleal
¿Qué implica jurídicamente?
El desvío de clientela constituye competencia desleal y vulnera el deber de lealtad del trabajador (artículo 5 del Estatuto de los Trabajadores). Además, puede encajar en figuras legales como:
- Uso indebido de información confidencial.
- Apropiación de base de datos o cartera de clientes.
- Incluso espionaje industrial en casos graves.
Consecuencias potenciales
Más allá del impacto económico, el desvío de clientes puede derivar en:
- Pérdida de ingresos inmediata y sostenida.
- Daño reputacional frente a clientes y socios estratégicos.
- Fuga de datos sensibles con riesgo de sanciones en materia de protección de datos.
Ejemplo: un comercial ofrece descuentos a tu cliente habitual para llevárselo a la empresa que planea crear tras su salida. Aquí se cruzan deber de lealtad, uso de información privilegiada y competencia desleal.
Primeros pasos — reunir pruebas y actuar con base legal
Recolección de pruebas sólidas
Antes de mover ficha necesitas evidencias verificables:
- Emails y mensajes donde se invite a clientes a cambiar de proveedor.
- Registros de llamadas o reuniones fuera del horario laboral.
- Documentos con movimientos sospechosos en facturación.
Investigación profesional
Cuando las pruebas internas no son suficientes, un detective privado o un peritaje informático forense pueden aportar informes con validez judicial. Esto eleva el nivel de prueba y te protege en caso de juicio.
Medidas contractuales y legales preventivas
Cláusula de no competencia post-contractual
Es una de las herramientas más eficaces, pero para ser válida debe:
- Ofrecer compensación económica al trabajador.
- Definirse con límites razonables en tiempo y espacio.
- Estar incluida en el contrato firmado.
Contrato con confidencialidad y deber de lealtad explícito
Refuerza tus contratos con cláusulas específicas:
- Prohibición de compartir datos de clientes durante y después del contrato.
- Compromiso de confidencialidad incluso tras la finalización laboral.
- Sanciones económicas y disciplinarias en caso de incumplimiento.
Acciones legales y despido disciplinario
Despido disciplinario procedente
Si se acredita el robo de clientes, puedes aplicar un despido disciplinario sin indemnización (art. 54 del Estatuto de los Trabajadores). Es clave contar con pruebas sólidas y documentadas.
Reclamación de daños y perjuicios
Además del despido, puedes interponer una demanda civil para recuperar las pérdidas ocasionadas. En casos urgentes, se pueden solicitar medidas cautelares para frenar al empleado desleal de inmediato.
Responsabilidad civil de la empresa
Ojo: si la empresa no actúa con diligencia, podría asumir responsabilidad subsidiaria frente a terceros (clientes perjudicados). Esto refuerza la importancia de actuar con rapidez y asesoría legal.
Medidas preventivas para reforzar la protección interna
Fortalecimiento de cultura y fidelización interna
Un equipo comprometido es tu mejor blindaje. Reconocimiento, comunicación abierta y planes de desarrollo profesional reducen el riesgo de fuga de clientela.
Refuerzo de mecanismos de seguimiento y seguridad
Implementa protocolos que limiten el acceso a datos sensibles:
- Controles de acceso a la base de datos de clientes.
- Registros de actividad (llamadas, visitas, descargas de información).
- Protocolos de seguridad de la información y cifrado.
Si un trabajador roba clientes, no dudes: reúne pruebas, consulta la legalidad, aplica medidas disciplinarias y reclama lo que corresponde. Y lo más importante: implanta medidas preventivas para blindar tu empresa de cara al futuro.
En Laby contamos con más de 14 años de experiencia en informática forense y recuperación de datos. Podemos ayudarte a investigar con rigor, proteger tus sistemas y garantizar que tu cartera de clientes esté a salvo. Consúltanos y protege lo que es tuyo antes de que sea demasiado tarde.